Campus África recuperó su actividad en la Facultad de Química con una nueva jornada de ponencias, en este caso ‘Emergencia y reemergencia de enfermedades parasitarias y su relación con el cambio climático y la globalización’ y ‘Helmintiasis emergentes’ ambas a cargo de de la Dra. María Dolores Bargués Castelló.
La catedrática en parasitología en la Universidad de Valencia empezó su exposición haciendo un breve resumen de las consecuencias del cambio climático, especialmente en las zonas con mayor registro de altas temperaturas y como esta situación se ha ido trasladando a áreas que eran previamente más templadas. “Este calentamiento global se está produciendo un 20% más rápido de lo previsto y está generando la proliferación de eventos climáticos cada vez más drásticos, como las inundaciones, lo que supone el aumento de patologías ligadas a la transmisión por vectores, siendo las más conocidas las transmitidas por los mosquitos”, explicó.
Sin embargo, según apuntó la experta hay otras enfermedades de transmisión vectorial como es el caso de la esquistosomiasis urinaria contagiada a partir de contacto con caracoles de agua dulce. “Esta enfermedad se detectó por primera vez en 2013 en el sur de Córcega en casos reportados por unos turistas alemanes que estuvieron de vacaciones en esta isla”, detalló la parasitóloga. Los estudios moleculares, realizados con posterioridad, determinaron que las cepas detectadas en la isla francesa procedían de Senegal.
Bargués hizo hincapié en la necesidad de entender la salud como un fenómeno global que obliga a tener una visión “completa” de cara a establecer posibles medidas de control. “Los cambios climáticos provocan movimientos de personas y de especies y esto está influyendo directamente en la aparición de patologías que antes no se desarrollaban fuera de sus zonas endémicas”, detalló.
La doctora centró su exposición en la Schistosoma Mansoni, especie vectora de la enfermedad de origen brasileño, ya ha sido detectada en varios países europeos. Lo que ha llevado a la comunidad científica a realizar estudios sobre la capacidad de adaptación de esta especie fuera de su hábitat natural. “Las investigaciones demostraron que el parásito sorprendentemente era capaz de sobrevivir a los cambios de temperatura a los que fueron sometidos”, añadió la experta. Capacidad que permite su proliferación, y por lo tanto, la posibilidad de actuar como vector.
La ponencia:‘Helmintiasis emergentes’, original de dr. Mas Coma, explicada en esta sesión por la dra. Bargués, abordó las enfermedades zoonóticas y su mayor capacidad de expansión debido a la influencia del cambio climático.
En esta ocasión, Bargués tomó como referencia la fascioliasis, una enfermedad de origen animal que puede ser transmitida a humanos al ingerir alimentos/agua que tengan el parásito vector. La doctora explicó la investigación llevada a cabo en Bolivia, especialmente en niños/as con la finalidad de probar la eficacia del tratamiento. “El estudio revela que la quimioterapia preventiva tiene resultados efectivos para tratar esta enfermedad, pero también que es necesario mantenerla porque se vuelven a contagiar por contacto directo con el vector”, agregó.
La experta apuntó que en los últimos años las investigaciones realizadas se han centrado en aplicar una visión One Health a partir de la cual evaluar los valores culturales, el medio ambiente, las costumbres etnográficas, entre otros aspectos y su vinculación con la prevalencia de la enfermedad. “Están siendo efectivas las medidas aplicadas y los tratamientos, unas conclusiones a las que llegamos 35 años después de iniciar el proyecto piloto de investigación”, apuntó la parasitóloga. “No ha sido un trabajo sencillo porque llegar a las comunidades indígenas ha sido muy complicado, pero los resultados han sido gratificantes”, concluyó.