La exdirectora del Servicio Canario de Salud (SCS) desde agosto de 2019 a finales de marzo de 2020, Blanca Méndez, ha asegurado este Jueves (23 de enero) que su predecesor y sucesor en el cargo, Conrado Domínguez, contaba con la fama entre el funcionariado de «usar más el móvil que el papel», y ha dicho que siempre le sorprendió la «falta de documentación justificativa» en el ejercicio de sus cargos.
Durante la comisión de investigación que se celebra en el Parlamento de Canarias para dilucidar las presuntas irregularidades en la compra de material sanitario, Méndez ha reconocido que antes de su cese, a finales de marzo de 2020, no recibió presiones para contratar concretamente con ninguna empresa, pero sí las recibió para irse.
«Nunca se me dijo que fuese más flexible, pero todo el mundo conoce que tengo poca mano izquierda y que para mí el control de fondos públicos es fundamental. Siempre pensé que se quiso otro tipo de agilidad y que por eso contaron con Domínguez e Istúriz -exdirector general de Patrimonio y Contratación del Gobierno durante la pandemia-, que tienen ese otro tipo de agilidad», ha apuntado Méndez.
Sobre Istúriz ha expresado que no puede opinar, pero de Conrado Domínguez ha recordado que heredó su gestión como director del Servicio Canario de Salud entre 2017 y 2019 y que siempre le sorprendió que, por ejemplo durante la crisis con Ralons, la empresa que se encargaba de la limpieza del Hospital Universitario de Canarias y cuyo contrato terminó por orden de la propia Méndez por los impagos a sus trabajadores, «no había un solo papel o informe».
«Tiene fama de buen gestor, pero la fama que siempre le precedió es que usaba más el móvil que el papel», ha insistido Blanca Méndez.
A preguntas de los diputados de los distintos grupos políticos, la exdirectora del SCS ha defendido su gestión al frente de este ente publico y, especialmente, las decisiones tomadas respecto al primer caso de covid en España, ocurrido con cuatro turistas en La Gomera, y con el confinamiento del hotel H10 en el sur de Tenerife, y ha señalado que cree que el tiempo ha demostrado que en ambos casos se hizo lo correcto, pese a las acusaciones de que se iban a «cargar» el turismo.
Sobre los motivos de su cese y de la consejera de Sanidad en aquel momento, Teresa Cruz Oval, ha coincidido con lo declarado por la exoconsejera socialista y ha dicho que en muchas ocasiones tuvo la percepción personal de que uno de los motivos era «por ser mujeres».
«La presión fue brutal en todos los sentidos no para contratar, sino porque se consideraba que no teníamos capacidad, se cuestionaba en mi caso no pertenecer al ámbito sanitario o mi falta de experiencia pese a que llevaba muchos años en la administración en puestos de carácter técnico. Pero es verdad que ese puesto resultó ser más político que técnico. Se decía en su momento por ejemplo que Domínguez era quien podía acabar con la interinidad, que no sé si ya se ha acabado con ella», ha ironizado.
En este sentido, ha añadido que siempre tuvo la sensación de que la voluntad desde el principio, desde 2019, antes de la pandemia, fue que Conrado Domínguez terminara siendo director del Servicio Canario de la Salud.
«Tengo la percepción de que desde siempre iba a ser él, y que era la intención desde el principio», ha dicho Méndez, que ha agregado que nunca recibió una explicación por parte del presidente canario en aquel momento, Ángel Víctor Torres, sobre los motivos de su cese y que quien se lo comunicó fue el entonces consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez.
Méndez ha reconocido que es consciente de que no se trata de un puesto sencillo para nadie y ha señalado que «desde el minuto uno» hubo «una presión brutal» sobre su gestión y que un miembro del Consejo de Gobierno «del que me ahorro el nombre» llegó a cuestionar si tanto ella como Cruz estaban preparadas.
A su juicio, le parece injusto es que no se les dejara trabajar desde el minuto uno y ha aludido a la defensa que siempre ha hecho de lo público y de la eficiencia y la eficacia en la gestión, por ejemplo, en la recuperación por parte del Servicio Canario de la Salud de servicios prestados a través de conciertos sanitarios.
Cuestionada por la idoneidad de adelantar el dinero a la empresa RR7 para conseguir las mascarillas, ha señalado que en aquella época era entendible la necesidad a veces de adelantar el dinero, y que ella mismo lo hubiese hecho, pero que pasados unos meses, cuando la emergencia no era tal, esos segundos pagos «no se debieron hacer» y ha dicho que ella «hubiese documentado más» todo el proceso.
«Cuando llegué al Servicio Canario de la Salud había mucha falta de documentación, no se tramitaban informes y yo como empleada pública creo que se debe documentar. Y en este caso, atendiendo a la importancia y a la urgencia, yo hubiese motivado», ha expresado Méndez.
En este sentido, ha agregado que «es verdad que se eximía de requisitos formales», pero que interpreta que «a posteriori», la parte material de la contratación hay que cumplirla.
«Contratar con una empresa sin músculo financiero es peligroso porque para que luego haya un reintegro de fondos si no cumplen es complicado», ha resumido.
Durante su etapa al frente ha explicado que para las primeras compras de material se estableció una suerte de protocolo a través de un correo y de un cuadrante donde se volcaban las necesidades, los posibles proveedores y los contratos en marcha.
Ese protocolo, ha ahondado, se estableció no solo para evitar ofertas fraudulentas sino también compras que no se ajustaran a las calidades técnicas requeridas.
«Tanto preocupaba la fuga de recursos económicos como la llegada de materiales que no fuesen óptimos. Igual el protocolo tenía fallos, seguro con más tiempo se hubiese mejorado, pero de las irregularidades que conozco sobre esos 4 millones y la compra a RR7 creo que con nuestro protocolo no hubiese pasado», ha resumido la exdirectora del SCS.
Al ser cuestionada por si, al contrario de lo manifestado por los siguientes gestores, ella hacía seguimiento de los contratos de compra y de los proveedores, ha expresado que lo que le parece extraño que sus sucesores no hicieran ese seguimiento.
«Mientras nosotros estuvimos, la directora de Recursos Económicos no compraba en el ámbito de su competencia si no había una indicación de compra. Era como funcionábamos nosotros. No sé si luego cuando nos fuimos la directora se dedicó a comprar al libre albedrío sin indicaciones, eso habría que preguntárselo a ella», ha aseverado Méndez, que ha hecho hincapié en que actuaban así por la preocupación que existían sobre el suministro y la escasez frente a las demandas de las gerencias de los hospitales.
NOTA: las imágenes pertenecen a la Agencia Efe (Ramón de la Rocha).