La Gomera reivindica los valores de igualdad, tolerancia y respeto en el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+, que se conmemora cada 28 de junio. Así, el pórtico del Edificio Sede del Cabildo ha acogido hoy viernes (28 de junio) la lectura de un manifiesto a cargo de la Asociación Pluma, con las intervenciones de Daniel María, escritor y gestor cultural; y Laura Mendoza, ícono del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife y referente del colectivo de adultos mayores.
Durante el acto se ha recordado a todas aquellas personas que vivieron silenciadas sus realidades o que se vieron obligadas al exilio por su condición sexual, realidades agravadas por la doble y hasta triple insularidad, representando un campo difícil y conflictivo para el desarrollo de las libertades.
De esta manera, con este manifiesto se hizo un llamamiento a aunar fuerzas y voluntades para impulsar acciones colectivas que repercutan en mejorar y dignificar la vida de las personas LGBTIQ+ que viven en La Gomera.
Asimismo, se denunció la violencia atravesada en el tiempo sufrida por el colectivo, y que afecta a sus realidades más vulnerables: mujeres, personas migrantes, menores, personas trans y no binarias, personas con VIH/Sida, personas mayores, personas racializadas, personas prostituidas y aquellas personas cuyas sexualidades, identidades y expresiones sufren todavía la invisibilidad y la ignorancia, dentro y fuera del colectivo: personas asexuales, bisexuales, pansexuales, demisexuales, personas intersexuales, no binarias, agénero o de género fluido, entre otras.
También se lanzó un mensaje de lucha por la inclusión, el respeto, la visibilidad de sestas realidades y la garantía de sus derechos, poniendo como ejemplo que las identidades, sexualidades, expresiones y prácticas sexuales que se sitúan fuera del sistema cisheteronormativo, a día de hoy, están castigadas penalmente en 62 Estados miembros de la ONU y condenadas con la pena de muerte en 11 países.
Por último, se insistió en continuar avanzando con las luchas LGBTIQ+ para la estabilización de los derechos del colectivo, con urgencia de que las leyes ya existentes garanticen su aplicación para endurecer delitos de odio y para vivir en plena libertad y sin amenazas.