La lava ha comenzado a llegar a las casas de Grindavik, en Islandia, tras la nueva erupción. La pequeña localidad islandesa de Grindavik ha tenido que ser evacuada por segunda vez.
La pequeña localidad islandesa de Grindavik ha tenido que ser evacuada, por segunda vez en otros tantos meses, a primera hora de este pasado domingo (14 de enero) tras una erupción de una grieta de magma que recuerda a la ocurrida en noviembre, cuando los 4.000 habitantes de la ciudad tuvieron que abandonar urgentemente sus hogares.
La nueva erupción es más pequeña que la de entonces —la grieta de este domingo tiene de todas formas una longitud de casi un kilómetro—, pero el magma expulsado parece haber superado las barreras de contención que estaban siendo instaladas y ahora mismo se encuentra asolo 450 metros de los primeros domicilios del norte de la localidad. Defensa Civil de Islandia está supervisando de cerca la situación y recuerda que la mayor parte del pueblo sigue vacío porque muchos de sus ocupantes todavía no han regresado tras la primera evacuación de noviembre.
Ahora mismo, los servicios de rescate están trabajando para impedir que el magma destruya las máquinas y los vehículos en la zona industrial de la localidad, una importante zona pesquera del suroeste de Islandia.