La Noche de San Juan en Puerto de la Cruz transcurrió sin incidencias destacables, consolidándose como una celebración segura y llena de tradición.
Según datos facilitados por la Policía local, en Playa Martiánez se concentraron alrededor de 5.000 personas, mientras que en Playa Jardín no se registró ninguna incidencia.
La fiesta comenzó a las 18:00 horas con la salida del muñeco de San Juan, que recorrió las calles desde el Mercado Municipal hasta la Playa de Martiánez en una ‘procesión’ muy especial. Al igual que ocurre con la sardina en carnavales, el muñeco fue llevado directamente a su quema, pero esta vez cargado por niños, lo que añadió un toque mágico y emotivo al evento.
La Playa de Martiá-nez superó todas las expecta-tivas de aforo, llenándose de asistentes que no quisieron perderse esta tradición. A las 21:00 horas, el grupo ‘Voces en la Distancia’ amenizó la velada con un tributo a los años 80, creando un ambiente festivo y lleno de nostalgia. Posteriormente el DJ Danny Méndez animó la fiestas hasta las 2 de la mañana donde permanecieron sobre todo los jóvenes ya de vacaciones escolares.
El momento culmen llegó a las 22:00 horas cuando el muñeco fue prendido en la hoguera. Las llamas iluminaron la playa y a todos los presentes, quienes aprovecharon para quemar sus deseos y dejar atrás las malas energías. La noche mágica se cerró con la esperanza de que todos los anhelos pedidos se cumplan.
El alcalde del Puerto de la Cruz, Don Leopoldo Afonso, declaró: “Estamos muy satisfechos con el desarrollo de esta Noche de San Juan. La gran afluencia de público y, sobre todo, que no se haya registrado ningún incidente es un reflejo del compromiso y responsabilidad tanto de los vecinos como de los visitantes. Queremos seguir fomentando estas tradiciones que nos unen y nos llenan de orgullo, siempre garantizando la seguridad y el bienestar de todos».
Esta mágica noche no solo reafirma una tradición ancestral, sino que también representa un momento donde las personas se reúnen para alejar los espíritus malos y atraer buenas energías. Esta fiesta, cargada de simbolismo y esperanza, invita a locales y turistas a renovar sus deseos y comenzar una nueva etapa con optimismo y fuerza. El éxito de la celebración este año refuerza el compromiso de mantener viva esta costumbre que, más allá del espectáculo, fortalece el tejido social y el bienestar colectivo.