El 27 de marzo de 1977 ocurrió el peor accidente aéreo de la historia. Dos aviones Boeing 747, de Panam Airways y KLM, chocaron en la pista de despegue del aeropuerto Los Rodeos, en Tenerife, Islas Canarias, España, y dejaron 583 muertos.
Una cadena de eventos desafortunados causó la catástrofe. El capitán Robert Bragg, copiloto del avión de Panam, fue uno de los sobrevivientes de la tragedia. Bragg murió en febrero del 2017, pero en marzo del 2016, el programa Witness de la BBC pudo entrevistarlo sobre el desastre que cambió para siempre los procedimientos de seguridad en la aviación internacional. Aquí compartimos su testimonio.
Desvíos
«Siempre creí que fue culpa del capitán de KLM por tratar de despegar sin autorización», le dijo Bragg la BBC. El día del accidente, Bragg iba como copiloto de un vuelo de Panam desde Los Ángeles, Estados Unidos, hasta la isla de Gran Canaria, España.
Pero el aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria había sido cerrado por la explosión de una bomba, detonada por el grupo separatista Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). Varios vuelos que se dirigían ahí habían sido desviados a la isla vecina de Tenerife, cuyo aeropuerto era más pequeño. Cuando le faltaba poco tiempo para aterrizar en su destino original, el avión en el que iba Bragg también fue desviado. Así, el aeropuerto de Tenerife se llenó de aeronaves que esperaban la oportunidad de seguir a sus destinos.
Sin visibilidad
Otro de los aviones que también tuvo que aterrizar en Tenerife fue un Boeing 747 de KLM. El aparato estaba bajo el mando del capitán Jacob van Zanten, un veterano y extremadamente experto piloto holandés. «En ese momento, nadie sabía cuánto tiempo iba a estar cerrado el aeropuerto de Las Palmas. Estábamos ahí simplemente esperando. El aeropuerto abrió como una hora y media después y todo el mundo empezó a alistarse para despegar», recordó Bragg hace un año. «EL KLM estaba estacionado justo frente a nosotros y el piloto decidió empezar a recargar combustible, casi al mismo tiempo que reabrieron el aeropuerto de Las Palmas», contó el sobreviviente.
Los registros muestran que Van Zanten, de KLM, y su tripulación estaban llegando al límite del tiempo permitido por cada vuelo. Recordando el episodio, Bragg sostuvo que el piloto quizás estaba apurado por seguir su camino. «No puedes apresurarte. Tienes que tomarte tu tiempo. Uno no se apura para despegar ni para aterrizar», le comentó el copiloto a Witness. El avión de Panam estaba estacionado detrás del de KLM cuando se les ordenó a los pilotos que retrocedieran por la pista y dieran la vuelta para despegar.
NOTA: las imágenes pertenecen a la Agencia AFP y las declaraciones del capitán Robert Bragg fueron realizadas al programa Witness de la BBC, recogidas por el diario digital peruano ‘El Comercio’.