Víctor Pablo Pérez dirigirá la Orquesta Sinfonía de Tenerife durante la 41 edición del Festival de Música de Canarias para interpretar el viernes (24 de enero) y el domingo (26 de enero) la sexta sinfonía de Gustav Mahler, una obra que a juicio del director de orquesta «más que trágica diría que es torturada».
Las actuaciones tendrán lugar el viernes en Santa Cruz de Tenerife y el domingo en Las Palmas de Gran Canaria, y para esta ocasión se ampliará el número de músicos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife de 80 a 120.
En rueda de prensa, Víctor Pablo Pérez, director honorario de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, ha recordado que la sexta sinfonía de Mahler se estrenó en 1906, uno de los años más felices del compositor pero es premonitoria de lo que le sucederá, y está llena de símbolos.
El más potente de esos símbolos será en esta ocasión el uso de un «supermega martillo» de madera con el que se darán dos golpes, «dos hachazos» que, ha asegurado el director, también sorprenderán visualmente.
Víctor Pablo Pérez ha indicado que en esta obra Gustav Mahler anticipa los problemas que sufrirá en 1907, cuando perderá a una hija de 4 años, lo despedirán de la Ópera de Viena y le detectarán una enfermedad cardíaca que lo llevará a la muerte.
En la primera partitura Mahler puso tres «enormes» golpes de martillo, pero por «superstición» lo dejó en dos, y el tercero lo dejó «digamos que porque tuvo tal pánico que prefirió evitarlo», ha comentado Víctor Pablo Pérez.
Otro símbolo de la sexta sinfonía de Mahler es que se escuchan «de lejos» cencerros de lo que se utiliza con el ganado, y que a veces suenan internamente y otras externamente en el escenario, algo que, de algún modo, representa la soledad que sufrirá el compositor.
Un xilófono que representa al diablo y que es algo «muy ácido» es otros símbolo de esta obra, en la que también se escuchan una campanas que representan la religión, y hay un acorde de modo mayor a menor que representa la «catástrofe vital» de Mahler y que es de una «enorme tristeza», ha continuado el director.
Víctor Pablo Pérez ha explicado que la sinfonía tiene en el primer movimiento una especie de marcha fúnebre «inexorable» y algo que el musicólogo teórico Theodor Adorno ha dicho que es un anticipo del nazismo, y en opinión del director no le falta razón.
El segundo movimiento fue alterado, en una de las pocas veces que Mahler ha dudado, ha comentado Víctor Pablo Pérez, quien ha señalado que se trata de un andante triste muy bello.
En el tercer movimiento se vuelve a la sensación de marcha fúnebre y se bascula entre lo trágico y violento con lo inocente, como es un juego de niños, de forma que se produce un contraste «espectacular, que te deja casi sin palabras».
Víctor Pablo Pérez ha explicado que en el cuarto movimiento aparecen los golpes «brutales» con el martillo contra una estructura de madera, y ha apuntado que cuando escribió la sinfonía Malher tuvo dudas de como hacerlo y probó de «mil maneras».
Ha comentado que en 1990, en el Festival de Música de Canarias, la extinta Orquesta Sinfónica de la URSS golpeó contra el suelo del escenario del auditorio de La Orotava (Tenerife) y su sonido fue «brutal».
Víctor Pablo Pérez ha sido titular de la Sinfónica de Tenerife durante unos 25 años y el primer Mahler lo hicieron en el Festival de Música de Canarias, y ha recordado que la pieza ha sido interpretada en varias ocasiones por la formación tinerfeña con diversos directores.
La batuta de Víctor Pablo Pérez ha dirigido la sexta de Mahler unas cuatro o cinco veces con diversas orquestas, y ha agregado que la sinfonía termina con golpes de los dos timbaleros, que recuerdan de ese modo la marcha inexorable del principio, que representa el futuro nazismo, y ahora con tres golpes «apasionados».
Es una sinfonía de una intensidad «tremenda» y diría que más que trágica, como se la conoce, es «torturada», y prepararla supone un esfuerzo especial, ha subrayado Víctor Pablo Pérez.
NOTA: la imagen de Víctor Pablo Pérez durante el ensayo del concierto que ofrecerá la Orquesta Sinfónica de Tenerife este viernes en el Auditorio de Tenerife, pertenece a la Agencia Efe (Miguel Barreto).